jueves, 10 de abril de 2008

Los jóvenes rompen prejuicios en torno al síndrome de Down

Una veintena de jóvenes del Movimiento Scout Católico de Jerez y un nutrido grupo de chavales pertenecientes a la asociación Cedown, se dieron cita en una jornada de convivencia el pasado fin de semana en San José del Valle.

Pablo Ferrero
La vida está llena de momentos en los que la gente se une para hacer cosas maravillosas protagonizando episodios increíbles. Azañas que deberían ser normales pero que son juzgadas como extraordinarias por la mayoría en una sociedad que ha dejado que la solidaridad se pase de moda.
Por todo ello, una veintena de jóvenes jerezanos componentes de diversos grupos encuadrados en la Delegación Diocesana del Movimiento Scout Católico, decidieron el pasado fin de semana organizar una convivencia en San José del Valle, en la que los invitados especiales fueron otra veintena de jóvenes de la asociación Cedown (chavales afectados por el síndrome de Down). "Lo hemos hecho con el objetivo principal de proponer una oferta de ocio a niños que carecen normalmente de esta posibilidad y que difícilmente desarrollan actividades al margen de la asociación a la que pertenecen", explica Ángel Cardiel, uno de los cinco coordinadores del encuentro, que a su vez es miembro de la Mesa Opción País, organismo dependiente de la Delegación Diocesana del Movimiento Scout Católico encargado de diseñar acciones sociales en la ciudad con el objetivo de crear conciencia social sobre aquellos temas que así lo requieren.

Más que un campamento de integración, lo que se vivió el pasado fin de semana en San José del Valle fue un encuentro de normalización, pues todos los participantes desarrollaron exactamente las mismas actividades, al margen de su condición de afectado o no por el síndrome de Down, una discapacidad que según el grado afectación interfiere de muy diferente forma en los niveles de dependencia de estas personas. Así como también la educación que hayan recibido en sus hogares. Hoy por hoy, van aumentando los casos de personas con el síndrome que han acabado una o dos carreras universitarias, que compiten como deportistas profesionales en sus categorías o que han llegado a formarse como actores de cine.

Disfrute y aprendizaje

El lugar escogido para pasar el fin de semana fue el colegio de San José del Valle, un lugar con unas instalaciones excelentes para celebrar este tipo de encuentros, y con el que guarda buenas relaciones el movimiento scout debido a la gestión que los salesianos hacen de este centro.
“La tranquilidad y el buen ambiente han sido la nota dominante durante todo el fin de semana”, asegura Ángel Cardiel. El sábado iniciaron la jornada con una sesión de psicomotricidad y un circuito de habilidad física. Por la tarde, elaboraron un gigantesco mural con el siguiente lema “todas las sonrisas son iguales”. Pero eso no fue todo, puesto que hubo tiempo también para una sesión de disfraces y para organizar por la noche un fabuloso concurso de baile en el que todos participaron y rieron. Porque si algo les sobra a las personas afectadas con el síndrome de Down es afectividad, algo que pudieron comprobar de cerca los jóvenes scouts que participaron en el encuentro y que en sus relaciones diarias no están habituados a esas espontáneas dosis de cariño.

Un buen aprendizaje, sin duda.
La jornada del domingo estuvo reservada para realizar un paseo por el campo y practicar un poco de fútbol y baloncesto. Los organizadores ya piensan en repetir la experiencia.

Dani'08

Fuente:Publicaciones del Sur

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